Analizamos los principales hitos históricos, gastronómicos y culturales que hicieron del tomate un alimento global. A partir de documentos históricos, recetarios y anuncios publicitarios antiguos, así como de bibliografía especializada, se reconstruye el recorrido del tomate a lo largo de cinco siglos, en un viaje de ida y vuelta entre América y Europa. Vemos su llegada a España, Italia y Francia en el siglo XVI, en torno a cómo, superado el rechazo inicial, se vuelve en el siglo XVIII un ingrediente fundamental en las cocinas de dichos países; se describe el desarrollo de la industria de las conservas enlatadas de tomate en Italia y el inicio de la comercialización en Estados Unidos del kétchup industrial, en el siglo XIX, y por último, se presentan avances científicos y hechos culturales que consolidaron su globalización en el siglo XX. Desde sus orígenes andinos y mesoamericanos hasta convertirse en un elemento de identidad de las cocinas mediterráneas y en un producto de alcance mundial, el tomate tiene enorme trascendencia cultural, asociada a la producción de conocimiento científico y la innovación, tecnológica, artística y gastronómica.